La motivación es movimiento, etimológicamente, causa del movimiento, y esto que para Newton le dio para forjar los tres principios fundamentales de la física no es tan sencillo cuando hablamos de personas, cuando hablamos de personas trabajadoras, de trabajadores, está muy bien hablar del movimiento, como está muy bien hablar de las cosas sin dar explicaciones, porque al movimiento tendremos preguntarle qué lo causa, qué hace que un trabajador se mueva, que una persona avance, ahí es donde entramos en un mundo vasto, porque las definiciones se amparan en lo general y esto de la motivación tiene de todo menos de general, no podemos hablar de una manera generalizada, tendremos entonces que ceñirnos al individuo, a conocer a ese individuo, a observar a ese trabajador, porque cada persona es diferente y no sabemos cuál es la causa del movimiento, la motivación de cada uno.
De manera muy trivial porque el pensamiento de la gente es igual a ellos mismos, algunos gerifaltes piensan que en un trabajador la principal causa de motivación es el dinero y no es así, el dinero es esencial, el dinero es importante, muy importante, todos trabajamos por dinero, pero siendo esencial no lo es todo, no quiero hacer con esto apología de los sueldos exiguos con la excusa pueril de las mercaderías de sentimientos que una empresa te puede aportar, los salarios en nuestro país son ridículos y un trabajador busca el desahogo a la hipoteca, a los pagos mensuales obligados, a las horas extraescolares de sus hijos y además, porque tiene derecho, a algún capricho, y eso se consigue ganando más, yo no hablo de ganar poco y contentarse, hablo de esa serie de elementos que pueden causar el movimiento, que pueden motivar sin tener nada que ver con el dinero, con el pan ineludible a final de mes, y eso de lo que hablo está en la forma en que se relacionan las personas unas con las otras, está relacionado con el ambiente de trabajo de la plataforma, está muy relacionado con la implicación que puede tener ese trabajador y como debemos encenderla, está muy relacionado con las obligaciones que puedan derivarse de la confianza que pongamos en él, y está muy relacionado con una infinidad de cosas que como ya digo las conocemos cuando conocemos al trabajador.
No es tan fácil, por ende, como pulsar un botón, pulsamos el botón del lavavajillas y listo, la motivación no funciona así, el botón debemos pulsarlo cuando conocemos que botón pulsar y eso es muy complicado porque no sabemos dónde está el interruptor, pero al igual que escribir se aprende leyendo a motivar se aprende observando y escuchando.
El maestro Viktor Frankl en su obra de referencia “El hombre en busca del sentido” nos habla de eso velado que movía a los hombres que conoció en aquel barracón de campo de concentración, nos habla del sentido de la vida de manera individual, uno buscaba el sentido en Dios, otro lo encontraba en su familia, o en lo que quedará de ella, y otro encontraba el sentido en ese egoísmo tan humano y venial de la supervivencia, es decir, una infinidad de sentidos de la vida, que en muchos casos no tenían nada que ver unos con otros y por supuesto del que no se podía hilvanar un argumento genérico, los que amamos la Philosophía decimos que son argumentos más de Parménides que de Heráclito, la motivación tiene mucho de búsqueda de sentido, también de la vida porque se produce en ella y aspira a mejorarla, la búsqueda del movimiento tiene que ver con el motivo y el sentido, al fin y al cabo, sentido y motivo son partes de una misma frase.
Todo esto que parece tan enigmático y que nos exige a los gestores de equipo una atención personalizada es algo que a pesar de su retruécano tiene una relación directa con la eficiencia, de iluso es pensar que no tienen relación, equipos motivados son equipos eficientes, son equipos productivos, equipos desmotivados son equipos ineficientes, equipos a los cuales no les vamos a poder sacar nada más que lo que les pagamos, y en la plusvalía a Carlos Marx se le escapa que el trabajador también pone voluntad, hablando en plata, si usted me paga por esto no me pida más, le daré la correspondencia en euros, entramos en otro eslabón y es que la motivación siempre está por encima del sueldo, descartamos ya el dinero, la motivación no se puede entender como algo fiduciario, es algo más, y eso nosotros, como gestores de equipos, debemos descubrirlo o debemos desvelarlo para el bien de nuestros agentes y de la misma empresa, sin el movimiento de nuestros teleoperadores, nuestras campañas no avanzan, no hay nada más improductivo que la quietud, doy lo justo en relación a mi sueldo, lo vivo está en movimiento y ese movimiento es lo que nosotros llamamos motivación
Yo no puedo trabajar con un agente hablando en exclusiva de los indicadores, aunque mi discurso adolezca de imperfecciones tengo que hablar de los indicadores, de la calidad, de la consecuencia e introducir en mis refuerzos la motivación, el gestor alejado sube al púlpito, el gestor cercano conecta eléctricamente con su equipo, empatiza, se acerca, conseguimos descubrir la motivación cuando trabajamos mucho con nuestros equipos, ese es el secreto, el quid, la madre del cordero, la piedra de Rosetta, descubrimos qué es lo que mueve a cada uno cuando trabajamos tanto que lo conocemos bien, no hablamos del plano personal –lo cual tampoco es difícil- pero sí sabemos cosas que nos pueden ayudar y es fundamental el plus que muchas veces nos dan, la excelencia está llena de dar más de lo que me piden, lo extraordinario es dar más de lo que me piden, “Lo esencial es invisible a los ojos”, decía Saint-Exupéry, le puedo pedir a una persona que llegue a siete porque le pago por llegar a ese número, pero sólo llegará a ocho si ella quiere, eso es la motivación, vamos del siete al ocho no porque nosotros se lo estemos exigiendo sino porque ella o él lo decide, ¿somos capaces de conseguir ese plus en y con nuestros equipos?, porque en eso radica nuestro trabajo, ese es el secreto y la motivación puede tener muchas fisonomías, puede tener cara de asumir responsabilidades, sentir que su compromiso es valorado, puede ser una palmada en la espalda por un buena llamada, puede ser una felicitación en días grises y precisamente en días grises, puede ser cualquier cosa que imaginemos, nos cansaríamos de enumerar las cosas que a cada uno le pueden motivar, pero eso es lo que nosotros debemos destilar, qué le motiva a cada uno, qué hace y qué causa el movimiento de cada uno de nuestros agentes, es nuestra obligación trabajar todos los días, todas las horas y todos los minutos en los cuales estemos en plataforma con la motivación, los coordinadores con la motivación de sus teleoperadores, los supervisores con la motivación de sus coordinadores y sus agentes y así en todos los eslabones de la empresa, la empresa de los bemoles hay que enterrarla hondo bajo un mar de piedras, transitemos a las empresas motivadoras, la motivación es el óleo que lubrica todos los conductos, lo que hace que las cosas avancen y una campaña es en buena parte indicadores y en otra, mayor, motivación, trabajemos la motivación.